Tercer Día:
El amor de la Eucaristía es el centro de la fe cristiana, una manifestación viva del sacrificio y la presencia de Cristo entre nosotros. En este misterio de amor, Dios se entrega plenamente para alimentar el espíritu, renovar el corazón y fortalecer la unión con Él y con los demás. La Eucaristía es un llamado a vivir en gratitud, comunión y servicio, reflejando en nuestra vida cotidiana el amor infinito que recibimos en cada celebración.